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¿Por qué es importante retrasar el uso de pantallas en la infancia?

  • Foto del escritor: Valentina Robles
    Valentina Robles
  • 24 may
  • 2 Min. de lectura


niño viendo el móvil
Claves para el correcto uso de pantallas en la infancia

Vivimos en una era donde las pantallas en la infancia están en todas partes: móviles, tabletas, televisores y ordenadores forman parte de nuestro día a día. Y aunque la tecnología puede ser una gran herramienta, su uso excesivo o temprano en la infancia puede tener consecuencias negativas en el desarrollo intelectual, emocional y social de los niños.


En este artículo, te contamos por qué retrasar la exposición a pantallas es una decisión clave para el bienestar de tu hijo o hija.


1. El cerebro necesita experiencias reales para desarrollarse

Durante los primeros años de vida, el cerebro infantil está en plena formación. Cada experiencia sensorial —mirar, tocar, escuchar, moverse— alimenta conexiones neuronales fundamentales para el desarrollo cognitivo.

Las pantallas, en cambio, ofrecen estímulos pasivos, rápidos y repetitivos que limitan la interacción activa con el entorno. Esto puede afectar áreas clave como la atención, la memoria y el lenguaje.


2. Afecta el desarrollo del lenguaje y la comunicación

Los bebés y niños pequeños aprenden a hablar escuchando a sus cuidadores, observando gestos y participando en conversaciones. Las pantallas no ofrecen esta interacción recíproca.

Diversos estudios han demostrado que un uso excesivo de pantallas en la primera infancia está relacionado con un menor desarrollo del lenguaje, así como con dificultades en la comprensión emocional y la expresión verbal.


3. Menos movimiento, más riesgos

El tiempo frente a pantallas suele sustituir actividades físicas esenciales como gatear, correr, manipular objetos o jugar al aire libre. Esto puede influir en el desarrollo motor grueso y fino, el equilibrio, la coordinación y hasta en la calidad del sueño.

Además, el sedentarismo temprano está vinculado a un mayor riesgo de obesidad infantil y problemas de salud a largo plazo.


4. Pantallas y autorregulación emocional

Los dispositivos a menudo se usan como una forma rápida de calmar, distraer o entretener. Pero si se convierten en la única estrategia para regular emociones, los niños pierden la oportunidad de aprender a gestionar la frustración, el aburrimiento o la tristeza por sí mismos.

La autorregulación emocional es una habilidad clave para la vida adulta, y se construye en la infancia... lejos de las pantallas.


5. Entonces, ¿Cuándo y cómo introducirla las pantallas en la infancia?

No se trata de demonizar la tecnología, sino de introducirla de forma consciente y adecuada a cada etapa del desarrollo.


  • 👶 0-2 años: se recomienda evitar totalmente el uso de pantallas.

  • 🧒 2-5 años: uso limitado (máximo 1 hora diaria), siempre con supervisión y contenido de calidad.

  • 👨‍👩‍👧 A cualquier edad: priorizar el juego libre, la lectura, el contacto social y las experiencias reales.


¿Te preocupa el uso de pantallas en casa?

En Coco y Mente, puedes encontrar profesionales especializados en estimulación temprana, desarrollo cognitivo, psicología infantil y educación emocional, que pueden ayudarte a establecer límites saludables con la tecnología y promover un desarrollo integral para tu hijo.




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